domingo, 20 de enero de 2013

Los fármacos biológicos, las bombas inteligentes contra la psoriasis


Los fármacos biológicos, basados en proteínas que simulan ser naturales, se han convertido en las "bombas inteligentes" contra la psoriasis, una enfermedad que afecta a unas 650.000 personas en España, que no tiene cura, pero que se puede controlar, y éstos se presentan como sus mejores aliados.
Así lo ha señalado en una entrevista a Esteban Dauden, jefe de sección de Dermatología en el Hospital universitario de La Princesa y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, quien participa en el simposio internacional sobre avances científicos en dermatología, que se desarrolla en la Fundación Ramón Areces.
Y el mayor avance en el tratamiento de una de esas patologías de la piel, como es la psoriasis, se ha hecho patente con estos fármacos, los biológicos, que se sintetizan a partir de técnicas de ADN, que simulan proteínas naturales y con los que se está intentando conseguir minimizar los efectos secundarios de la terapia tradicional.
Según explica el doctor Daudén, actúan de forma más precisa, "en el punto en el que nos interesa actuar", son como si fueran "bombas inteligentes que actúan exactamente donde queremos, en el proceso de formación de la placa de psoriasis".
Además, presentan una gran eficacia, tienen pocos efectos secundarios respecto a los fármacos de síntesis clásicos y permiten el uso en terapia continua.
En España se comercializan desde hace siete años y en el mercado hay cuatro: los fármacos anti-TNF (etanercept, adalimumab e infliximab; los dos primeros subcutáneos y el tercero intravenoso) y los anti p40 (ustekinumab)
Pero, a pesar de su eficacia, estos fármacos se sitúan en segunda línea de tratamiento: son muy costosos, resultan caros, la administración exige utilizar primero la terapia sistémica clásica (acitretino, metotrexate y ciclosporina), y sólo cuando ésta fracasa, cuando el paciente es intolerante o presenta contraindicaciones, se pasa al uso de biológicos.
"La única razón por la que los biológicos no están en la misma línea de partida que los otros es una cuestión puramente de coste, no existe otro argumento", se lamenta este especialista, quien calcula que el coste mensual de los fármacos en algunos pacientes puede elevarse a los mil euros, un cantidad "prácticamente imposible a nivel particular".
Por ello, las indicaciones para que una persona con psoriasis se beneficie de estos medicamentos por el Sistema Nacional de Salud son muy claros: que se trate de una psoriasis moderada o grave, que sean adultos y que hayan presentado intolerancia, contraindicaciones o que haya resultado ineficaz el tratamiento con los clásicos.
Son por tanto minoría los pacientes que siguen este tipo de fármacos, "son alternativa por razones administrativas porque si realmente tuviera un coste parejo al de los otros clásicos su uso sería masivo", insiste el especialista.
Lo serían porque, según Daudén, se trata de fármacos que generalmente tienen "una buena tolerancia y un perfil de seguridad muy bueno", a pesar de que en relación a los posibles efectos secundarios hay un cierto debate sobre el aumento de las infecciones y sobre la aparición de tumores.
No obstante, sobre estos posibles efectos no hay datos concluyentes en los siete años que llevan comercializados en España estos fármacos.
El futuro para controlar los efectos de esta enfermedad, con un componente hereditario, está en estos fármacos, en los que se siguen día a día avanzando porque ahora se investiga en otros formas no inyectables, es decir en fármacos biológicos orales.
En el plazo de dos años podrían salir al mercado, pero ya se habla de pros y contras.
Tendrá ventajas para los enfermos a los no les guste pincharse y además que casi seguro saldrán mas económicos que los inyectables porque el proceso de elaboración es mas sencillo, aunque tendrán inconvenientes: el porcentaje de eficacia al parecer será menor y el perfil de seguridad "está por definir".

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